OSWALDO TRUJILLO

¿Tiene el abogado derecho de escoger las causas que defiende?

Un día llegó a mi oficina una amiga y me preguntó “¿alguna vez le has dicho que no a un cliente?” Me puso a pensar…y claro…la respuesta es sí, en algunas ocasiones me he negado a defender a posibles clientes. Pero, “¿Por qué, siendo abogado, negarse a defender a alguien y cobrar dinero?” me preguntó.

 

Y aquí confieso uno de mis principios ineludibles, uno de mis mandamientos como abogado: no defiendo a un acusado de delitos sexuales, menos cuando la víctima es mujer o menor de edad. ¹ Si bien es cierto que todos partimos del principio de presunción de inocencia, hay casos y casos. Los abogados antes de ser abogados somos seres humanos, nos corre sangre por las venas; aunque a algunos colegas no se les note mucho, valga decirlo.

 

Las cifras en nuestro país son impresionantes, 6 de cada 10 delitos sexuales contra niños y niñas ocurren en su propia casa, esto significa que el depravado termina siendo su padrastro, su tío y hasta su hermano, y no solo eso, sino que sus madres pueden incluso llegar a ser cómplices del abuso. Cifras de la Unicef reflejan que, en Ecuador, el 65% de los casos de abuso sexual, del 2020, fueron cometidos por familiares y personas cercanas a las víctimas.

 

Así estamos; y, la situación es aun más triste: solo el 15% de casos de abuso sexual es denunciado, y el 5% sancionado, ¿pueden entonces calcular cuántos son? Ni hablar de las mujeres, 1 de cada 3 mujeres sufre algún tipo de violencia en este país.

 

YO, antes de ser el “Abogado Trujillo” soy Oswaldo, soy padre de una nena inocente de 9 años de edad, que cualquier día puede enfrentarse con un depravado que ande suelto por ahí; ¿creen que no pienso en eso al elegir mis causas y mis defendidos? ¡Imposible no hacerlo! Sería como aquellos que no practican lo que predican, como aquellos con moral doble, a quienes la conciencia algún día no les dejará dormir. Y es que, para mí, hay delitos que se defienden y otros que no merecen la pena ni analizarlos.

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